Cómo cuidar la piel sensible: ingredientes que ayudan (y los que deberías evitar)
La piel sensible no es un tipo de piel, es un estado. Puede aparecer por estrés, cambios hormonales, clima o el uso de productos demasiado agresivos. Sea cual sea la causa, el cuidado empieza por escucharla y simplificar.
En Zàde creemos que una piel sensible necesita menos estímulos y más equilibrio: texturas limpias, ingredientes seguros y fórmulas que respetan su ritmo natural.
Por qué la piel se vuelve sensible
La sensibilidad es la forma que tiene la piel de decir “basta”. Cuando su barrera protectora se altera, pierde agua y se vuelve más reactiva frente a los factores externos.
Entre las causas más comunes están:
Uso excesivo de productos o exfoliantes.
Estrés o falta de descanso.
Cambios hormonales.
Cosméticos con alcoholes, fragancias o limpiadores agresivos.
La piel sensible no necesita más productos, sino más cuidado.
Ingredientes que pueden irritarla
No todos los ingredientes problemáticos son “malos”, pero en piel sensible menos es mejor.
Evita aquellos que sobreestimulan o resecan la piel, y prioriza fórmulas que la ayuden a recuperar su equilibrio.
- Alcoholes secantes
Ayudan a que la fórmula se absorba rápido, pero también pueden deshidratar y debilitar la barrera natural.
Evita: Alcohol denat., Ethanol.
Prefiere: conservantes naturales y extractos vegetales suaves.
- Fragancias sintéticas y colorantes
Son una de las principales causas de irritación. Incluso las fragancias naturales, en exceso, pueden alterar la piel sensible.
Busca: fórmulas sin perfume añadido o con aromas naturales suaves, como agua de rosa damascena.
- Sulfatos y detergentes agresivos
El problema no es la espuma, sino la forma en que se genera. Los sulfatos eliminan la grasa natural de la piel y pueden irritarla.
Evita: Sodium Lauryl Sulfate (SLS), Sodium Laureth Sulfate (SLES).
Prefiere: tensioactivos naturales como Decyl Glucoside o Disodium Cocoyl Glutamate, que limpian sin resecar.
- Ácidos exfoliantes fuertes
Los ácidos en altas concentraciones pueden ser demasiado para una piel reactiva.
Evita: exfoliaciones diarias con AHA/BHA.
Opta por: ingredientes calmantes como avena, centella asiática o aloe vera.
- Conservantes agresivos
Algunos conservantes sintéticos pueden causar rojez o picor.
Evita: Phenoxyethanol, Parabenos.
Prefiere: alternativas limpias como sorbato de potasio, benzoato de sodio o ácido levulínico, seguros y biodegradables.
Ingredientes que calman, hidratan y protegen
Equilibrar una piel sensible significa reforzar su barrera natural con activos que hidratan y calman sin saturar.
- Aloe Vera
Hidrata, refresca y ayuda a reparar la piel irritada.
- Centella Asiática
Favorece la regeneración y reduce el enrojecimiento.
- Avena Sativa
Suaviza, alivia y mejora la tolerancia cutánea.
- Rosa Damascena
Purifica y equilibra con suavidad.
- Ácido Hialurónico Vegetal
Hidrata en profundidad sin obstruir los poros y mantiene la elasticidad.
Cómo crear un ritual de calma
Cuidar una piel sensible no significa seguir diez pasos, sino elegir los correctos.
Limpia con suavidad.
Evita limpiadores con sulfatos o alcoholes.
Opta por espumas suaves con tensioactivos naturales, que limpian sin alterar el equilibrio de la piel.Hidrata con calma.
Prefiere texturas ligeras con aloe vera, ácido hialurónico o centella asiática.Protege con conciencia.
Usa protectores solares minerales y fórmulas con antioxidantes naturales.
La constancia y la calma valen más que cualquier rutina perfecta.
La piel sensible necesita productos que respeten, hidraten y reparen. Evita lo innecesario, abraza lo esencial: ingredientes naturales, activos calmantes y texturas puras.